Enfermedades frecuentes

INTRODUCCION
La manera mas eficaz de curar a nuestro amigo es EVITANDO QUE SE ENFERME, subrayo esta característica porque muchas veces se tiende a descuidar la vacunación y la alimentación, abriendole asi las puertas a todas esas enfermedades que pueden llevar a despedirnos de nuestro amigo para siempre.
A continuación, se presentan las enfermedades más comunes que podrian presentar nuestros queridos compañeros, hablaremos pues, de hongos, viriosis y bacterias (parvo, moquillo, rabia, Hepatitis, laringotraqueitis, gastroenteritis, leptospirosis y tos de las perreras), parasitosis (ectoparásitos: ácaros y pulgas endoparásitos: intestinales, gusanos redondos, pulmonares, y del aparato circulatorio, altamente peligrosos en la actualidad como la leishmania o filarias).

HONGOS.

Forman un vasto y heterogéneo grupo de organismos inferiores que incluyen los mohos, levaduras y formas parásitas de vegetales y animales.
Son en estos últimos donde han desarrollado afinidad para crecer sobre la queratina, recibiendo el nombre de dermatofitos en atención al daño que provocan en los componentes de la piel queratinizada como pelo, uña, y epidermis. Algunas especies de dermatofitos están ahora completamente adaptados a la vida parasitaria sobre la piel y sus reservorios no se hallan en el suelo, sino en animales portadores o en el hombre.
Las micosis han aumentado bastante en los últimos años en animales domésticos urbanos por la asociación de diversos factores, tales como alimentación inadecuada, excesivo uso de antibióticos, alteraciones de la flora natural cutánea y disminución de la resistencia a enfermedades por encontrarse en un entorno artificial. Siendo además un peligro potencial debido a la facilidad de transmisión a personas.
Por lo tanto, es de crucial importancia que toda lesión dérmica detectada en animales de compañía sea estudiada y diagnosticada para poder escoger, en cada caso, la terapia más adecuada y completa que asegure la resolución del proceso.

VIRIOSIS

Las diferencias básicas de los virus respecto al resto de los agentes estriban en:

  • Que son las partículas infecciosas más pequeñas.
  • Que son agentes intracelulares obligados, es decir, necesitan introducirse en una célula para su reproducción, produciendo con ello la destrucción de la misma.
  • Que los antibióticos no son eficaces contra ellos.

Las principales enfermedades víricas caninas son: parvovirosis, moquillo, hepatitis infecciosa, laringotraqueitis infecciosa, gastroenteritis por coronavirus, y rabia.

PARVOVIROSIS

Aún cuando los perros de todas las edades pueden verse afectados por la parvovirosis, la enfermedad se da con máxima frecuencia en cachorros. El tanto por ciento de animales que enferman o mueren varía de acuerdo con la edad del animal, gravedad del ataque o presencia de otras patologías.
El hecho de que afecte en un mayor número a animales jóvenes, es debido a la propia estructura del virus, que necesita para su duplicación tejidos que contengan un gran número de células en multiplicación activa. Esto explica la afinidad del virus hacia embriones, tejido linfoide, miocardio en las crías jóvenes y por el epitelio intestinal que, en el perro destetado, registra un elevado grado de renovación en sus células.
Actualmente, la miocarditis se aprecia en las crías procedentes de hembras no inmunes expuestas a ambientes contaminados. Por el contrario, las hembras inmunizadas proporcionan protección en el útero y a través del calostro en las primeras semanas de vida, en las que el contagio provoca miocarditis, aunque, a medida que se acentúa la inmunidad procedente del calostro, los cachorros son cada vez más sensibles a sufrir la forma entérica de la enfermedad.
El contagio con parvovirus canino sucede por ingestión y en muchos casos tiene lugar probablemente por contacto directo entre perros. Sin embargo, al excretarse gran cantidad del virus en las heces de los perros infectados, puede producirse fácilmente el contagio de un perro, sobre todo cachorros, por contacto con perreras, objetos, residuos o suelo que haya sido contaminado horas, días, o meses antes por otros perros, sin necesidad de haber mantenido contacto directo, debido a que el virus es particularmente resistente a los medios de limpieza y desinfección, y un medio ambiente contaminado puede mantener un alto poder de infección durante años.
La diarrea producida por la parvovirus puede confundirse con otras enfermedades de curso similar producidas por otros virus, bacterias o ambos. Por ello es necesario realizar un examen virológico para obtener un diagnóstico definitivo.
En el caso de la diarrea producida por este virus, es esencial una rápida actuación sobre todo en casos graves, encaminada a contrarrestar los síntomas producidos, mediante administración de sueros, electrolitos, etc., al no ser posible actuar directamente sobre el virus.
Siendo aconsejable aplicar un tratamiento antibiótico de apoyo para evitar infecciones secundarias producidas por bacterias intestinales, dado que los animales infectados por el virus ven muy disminuida su capacidad de respuesta.
Por ello, el único método efectivo para evitar esta enfermedad, es la realización de un plan de vacunacin adecuado a cada necesidad.

MOQUILLO

Aunque eclipsado por el parvovirus en lo referente a mortalidad aguda, el moquillo permanece como una enfermedad de mayor importancia.
Esta enfermedad, es para el perro, lo que la suma de los virus de neumonía, impétigo, influenza, disenteria, poliomelitis y encefalitis es para el hombre.
En algunas circunstancias, donde el programa vacunal no es constante, todavía puede ser la amenaza más importante de los cachorros.
A diferencia del parvovirus, el virus del moquillo es poco resistente fuera de las células y esto lleva a que la transmisión de la enfermedad sea de perro a perro.
El moquillo no es generalmente una enfermedad vista en los cachorros de las perreras, a menos que los locales estén infectados con el virus y se produzcan casos clínicos continuamente. El gran riesgo es cuando el cachorro deja la perrera y contrae la enfermedad después del destete, cuando los cachorros son más susceptibles, entre ocho y doce semanas de edad.
La mayoría de los perros se contagian, probablemente, por inhalación de virus, ya que la ingestión como vía de contagio es difícil, debido a que el virus no resiste el ph ácido del estómago e intestino delgado.
Una vez inhalado, el virus pasa rápidamente a la sangre y, posteriormente, comienza a aparecer en las estructuras epiteliales de todo el cuerpo e incluso puede localizarse en el cerebro a los ocho-diez días del contagio. El grado de participación epitelial y nervioso varía de un animal a otro. En algunos casos es mínimo, mientras que en otros se registran graves afecciones respiratorias, gastroenteritis, conjuntivitis, hiperqueratosis, y encefalitis. Algunos perros muestran particularmente afectado un sistema, como el tracto respiratorio, con escasos signos de actividad en otros puntos. Así, el cuadro clínico de esta enfermedad aparece con una amplia variación de formas de un animal a otro. La variación obedece probablemente a las localizaciones elegidas por el virus, a la etapa de la enfermedad en la que el animal es examinado y la sensibilidad propia de cada perro en particular.
Los síntomas producidos por la enfermedad son muy variables y se podrían clasificar en tres grupos principales:

  •  Aquéllos perros que muestran signos mínimos, los cuales no pueden atribuirse con certeza al moquillo. Puede haber fiebre baja y los cachorros pueden recuperarse sin exhibir signos generalizados de la infección.
  •   Infección generalizada. Debido a la capacidad del virus para multiplicarse en una gran variedad de células de un gran número de órganos, pueden aparecer muy distintos síntomas clínicos. Los primeros signos son corrientemente flujo nasal y conjuntival, tos intermitente y vómitos; a medida que avanza el proceso es frecuente la presencia de diarrea cuyas heces pueden contener pequeñas estrías de sangre. En esta etapa es frecuente una respuesta febril. En los casos progresivos el flujo nasal se torna purulento que puede acompañarse con accesos de tos que se presentas con más facilidad al excitarse o hacer ejercicio. Algunos perros sufren neumonía, por lo general asociada a infecciones bacterianas secundarias.
  •   Cuadro nervioso: una de las peculiaridades del moquillo es la producción de signos nerviosos que generalmente aparecen a partir de generalizados. a clase e intensidad de los signos nerviosos varían de un animal a otro dependiendo en cierta medida de la región del encéfalo y médula espinal afectada.

Para finalizar, diremos que al igual que en todas las infecciones víricas no existe ninguna terapéutica ni tratamiento específico sino sintomático. Los antibióticos ayudan a controlar las infecciones secundarias, pero carecen de acción sobre el virus propiamente dicho.
Por ser el moquillo enfermedad, generalmente, de animales jóvenes, es de importancia vital, realizar la vacunación lo antes posible de la vida del perro.

HEPATITIS, LARINGOTRAQUEITIS Y GASTROENTERITIS

La hepatitis, laringotraqueitis, y gastroenteritis producidas por virus, tienen una menos importancia respecto a las anteriores por causar un número menor de muertes en los animales.
El tratamiento de todas ellas está, como en las anteriores, limitado a evitar los efectos de los síntomas producidos por los virus. Por tanto, la mejor forma de proteger de estas enfermedades es proporcionar a los cachorros un plan vacunal adecuado.

RABIA

Por último, la rabia es una enfermedad vírica cuya importancia fundamental es la de ser una zoonosis transmisible al hombre. Por tanto es necesario realizar una óvacunacin preventiva de los perros para evitar la propagación de la enfermedad; aunque en nuestro país existen muy pocos casos, en Francia ha aparecido una gran cantidad de animales salvajes contaminados (zorros) los cuales pueden infectar fácilmente a los perros y éstos a su vez al hombre.
BACTERIAS

Las enfermedades producidas por bacterias, son muy numerosas y afectan prácticamente a la totalidad de órganos y aparatos del perro. Pueden actuar bien en solitario o varias al mismo tiempo y según su localización y presentación se realizará el tratamiento antibiótico más adecuado.
De estas enfermedades destacamos aquí dos: la leptospirosis, por ser zoonosis transmisible al hombre y la tos de las perreras por ser una enfermedad frecuente en perreras, guarderías y, en general, en establecimientos de tipo abierto en los que existe un movimiento constante de animales que entran y salen.

LEPTOSPIROSIS

Está distribuida a escala mundial y, como ya hemos comentado, es una importante zoonosis. Esta enfermedad está producida por bacterias agrupadas en diferentes tipos según sus características y especies a las que afectan. Considero importantes el serotipo canícola y el serotipo icterohemorragica por ser los que producen la enfermedad en el perro, teniendo en cuenta también que ambos serotipos pueden contagiar al hombre, por lo que su presencia en la población canina resulta importante para la salud pública.
Los órganos principalmente afectados son riñón e hígado, pudiendo cursar de forma leve o grave. La forma leve puede consistir únicamente en una vaga afección de pocos días de duración e incluso pasar inadvertida. Siendo esta forma la más peligrosa inseminadora de la enfermedad al eliminar los perros infectados los gérmenes por la orina durante largos períodos, contaminando el medio ambiente y persistiendo en zonas húmedas, charcas, riachuelos, lagos, donde pueden ser adquiridos por otros animales, e incluso el hombre, al beber o bañarse en esta zona.
La forma grave, cuando está producida por el serotipo canícola, cursa con fiebre, sed extrema, vómitos, dolor abdominal, inflamación del riñón y úlceras bucales, pudiéndose recuperar al animal si se instaura rápidamente un tratamiento adecuado.
Sin embargo, cuando la forma grave está producida por el serotipo icterohemorrágica, aparece súbitamente fiebre, mucosas amarillas, vómitos y diarreas teñidas de sangre, y, a veces, hemorragias, pudiendo producirse la muerte del animal a las dos o tres horas de aparecer los síntomas o bien en muy pocos días.
Por ello, el tratamiento en este caso sólo es eficaz cuando se realiza antes de la invasión del hígado y los riñones, hecho que con frecuencia pasa desapercibido ya que cuando aparecen los síntomas clínicos ya se encuentran afectados los órganos.
La óvacunacin protege contra la presentación clínica de la enfermedad, teniendo en cuenta que la inmunidad proporcionada es la relativamente corta, recomendándose la óvacunacin anual . Comprobándose la efectividad de la óvacunacin preventiva por la disminución de la incidencia de esta infección en los últimos años.

TOS DE LAS PERRERAS

Aparece en las comunidades caninas. La gravedad de la infección depende de varios factores, como pueden ser la edad del animal, el estado alimenticio, higiene, raza (especialmente predispuestas las miniaturas), existencia de algunas alteraciones congénitas en el aparato respiratorio, y la existencia de uno o varios agentes productores de la enfermedad.
Esta enfermedad se presenta en dos tipos de cuadros dependiendo de su complicación y gravedad, llegando a existir en animales jóvenes cierto grado de mortandad.
Al estar producida esta enfermedad por un gran número de agentes, no es posible inmunizar al animal frente a todos ellos, sin embargo, la inclusión en las vacunas actuales de varios de los agentes productores evita la aparición de la enfermedad producida por éstos y disminuye la gravedad de la presentación en el caso de ser varios los agentes actuantes.

PARÁSITOS

Son organismos complejos que teniendo las estructuras suficientes para mantenerse a sí mismos, se han adaptado a la vida dependiente de otros organismos aprovechándose de ellos y produciéndoles daños o secuelas. La persistencia de un parásito en la población canina depende mayormente de factores tales como clima, medio ambiente y cer anillo alcanza su gravidez se desprende del parásito y sale al exterior con las heces del huésped rompiéndose y diseminando huevos por todas las zonas donde aquellas alcanzan, contaminando el agua y las hierbas que comen los animales o las verduras que ingiere el hombre. Después de defecar, parte quedan en los bordes del ano y el perro al lamerse los distribuye por su pelo. En ambiente seco los huevos pueden mantenerse vivos de 15 días a varios meses. En agua pueden sobrevivir de 150-300 días.
Cuando el huevo es ingerido por una oveja, cabra, vaca, cerdo u otro herbívoro, se rompe y una lava surge de él, atravesando la pared intestinal y distribuyéndose a través de la sangre por el organismo del segundo huésped deteniéndose en algunos de sus órganos donde se desarrolla como un quiste, que puede llegar a tener unos 10 cm. de diámetro. Cuando el animal es sacrificado, las vísceras con quistes son consideradas no aptas para el consumo humano y deben ser destruidas. No obstante, en muchos casos, en sacrificios clandestinos (sin inspección veterinaria) las vísceras con quistes, al no aprovecharlas, son arrojadas a los perros, con lo que el ciclo se cierra. Esto no ocurre cuando el sacrificio de ganado se hace en mataderos, ya que el conocimiento del significado de los quistes hace que se detecte la enfermedad y se proceda en consecuencia. Ahora bien, cuando los animales se sacrifican por pastores o matarifes sin los adecuados conocimientos y sin vigilancia veterinaria, se corre el riesgo de que la larva de la tenia equinococo llegue al huésped adecuado, el perro, y continúe su evolución.
Al penetrar en el aparato digestivo del perro o de otro huésped adecuado, chacal, lobo, etc., las larvas contenidas en el quiste, se liberan y se transforman en tenias adultas que se adhieren a las paredes del intestino, madurando después y produciendo huevos. Se cierra así el ciclo vital de este parásito.
Recordemos que tanto con el animal vivo como muerto, podemos contagiarnos los humanos y también otros animales, teniendo consecuencias muy graves.

LEISHMANIA

Es una enfermedad producida por un parásito localizado en primer término en macrófagos, células blancas de la sangre, vinclulados a través del torrente sanguíneo prococando lesiones en todos los órganos. Muy extendida a nivel mundial, afectando tanto al perro como al hombre existiendo una gran incidencia en los países del área mediterránea, siendo el valle del Ebro una zona endémica. Se transmite por picadura de mosquito.
La incidencia de la enfermedad está condicionada por dos factores enlazados:

  • Estado inmunitario de la población.
  • Cambios en las poblaciones de reservorios y mosquitos debido a modificaciones en el medio ambiente.

Aunque en el hombre se distinguen tres cuadros clínicos (cutáneo, mucocutáneo y visceral), en el perro únicamente se observan el visceral y el cutáneo, los que frecuentemente son simultáneos.
En el perro, desde la picadura de un mosquito infectado hasta la aparición de los síntomas, puede transcurrir un periodo de tiempo muy amplio (de un mes a un año). La enfermedad es de gravedad variable. Las lesiones cutáneas son las más frecuentes y aparentes, y consisten en áreas depiladas con descamación, sobre todo en articulaciones y pliegues de la piel. Algunas veces se observan pequeñas ulceraciones (que pueden estar o no cubiertas de costras en nariz, pabellón auricular, dorso y salientes óseos. También se pueden encontrar ulceraciones en las mucosas nasal y bucal. Son frecuentes la conjuntivitis y queratitis. A menudo se observa el crecimiento exagerado de las uñas. La evolución es crónica y muchos animales manifiestan anorexia, fiebre irregular, apatía, aumento del apetito sin aumento de peso, adelgazamiento extremo o palidez de las mucosas. En algunos casos hay edemas en distintas partes del cuerpo y hemorragias por las aberturas nasales. Además se encuentran afectados, normalmente, un gran número de órganos internos, con aumento de tamaño en bazo e hígado, médula ósea de consistencia gelatinosa, afección generalizada de los ganglios linfáticos y muchas veces ulceraciones en el intestino.
La intensidad del parasitismo, aparentemente, no está en relación directa con la gravedad del cuadro clínico, y pueden observarse perros muy parasitados con una sintomatología leve. Se pueden encontrar animales con infecciones clínicamente inaparentes y otros con diferentes formas de enfermedad, incluso casos muy graves y mortales.
La enfermedad en el hombre tiene tratamiento efectivo, sin embargo en el perro el tratamiento existente no consigue la eliminación del parásito, únicamente evita la presencia en la sangre circulante, con lo cual disminuye el riego de transmisión tanto a otros perros como al hombre. El parásito permanece acantonado en órganos internos con lo que en cualquier momento puede surgir la enfermedad.
El único control posible, además del sacrificio del animal, es la lucha contra el vector transmisor, los mosquitos, usando insecticidas, evitando zonas encharcadas, destrucción de las zonas de cría, y, en general, la creación de condiciones inadecuadas para la reproducción del mosquito, controlando en lo posible la entrada de los mismos mediante el uso de mosquiteras y repelentes.

FILARIAS

Además de los parásitos de las células sanguíneas ya citados existen otros que se localizan en los vasos sanguíneos, de los cuales el más frecuente e importante son las filarias.
La filaria es el gusano del corazón del perro. Se encuentra en el ventrículo derecho y arteria pulmonar (y en ocasiones en otras localizaciones como la cámara anterior del ojo y la cavidad peritoneal) de los perros, y también de los gatos, zorros y otros carnívoros.
Muchas diferentes especies de mosquitos pueden servir de transmisores de la enfermedad, cuando toman sangre de animales infectados, inoculando el parásito cuando pican a otro animal.
Ya en el hospedador definitivo, migran a través de los tejidos y localizaciones intermedias, en donde se desarrollan y posteriormente penetran en las venas y pasan a corazón en unos 85-120 días. En el ventrículo derecho y arteria pulmonar crecen hasta alcanzar su estado adulto y una longitud de 12-30 cm. Las hembras producen larvas llamadas microfilarias que circulan por la sangre periférica y pueden ser transmitidas a otros animales a través de un mosquito.
Los perros presentan intolerancia al ejercicio, a veces acompañado de tos poco profunda. Los casos avanzados exhiben debilidad, sangre en orina, y otras manifestaciones de insuficiencia crónica del corazón derecho. La presencia de gran número de parásitos en la vena cava posterior provoca en ocasiones un síndrome agudo con sangre en orina, ictericia y colapso.
El tratamiento consiste en mejorar lo más posible el estado general del animal antes de administrarle los medicamentos indicados contra la infestación. Se puede realizar un tratamiento preventivo en perros no infectados cuando se introducen en zonas endémicas, este tratamiento debe continuar al menos durante 80 días después de cesar la exposición a mosquitos infestados.